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Fisiognomía: Asimetría Facial, Nariz Torcida Y Arrugas

Fisiognomía: asimetría facial, nariz torcida y arrugas

La fisiognomía estudia la personalidad del individuo mediante los rasgos faciales. Si, al analizar una cara, la dividimos en dos mitades verticales, se puede dar el caso que la persona tenga asimetría facial, es decir, que una y otra mitad del rostro sean diferentes. En este caso, habrá que analizar cada una de las mitades por separado. De este modo conoceremos las dos personalidades que el individuo alternará según las circunstancias a que esté sometido. El motivo de la asimetría facial puede ser por un trauma psicológico o nervioso, o por problemas morales y éticos.

La nariz es el rasgo facial que nos indica cómo vive las emociones del individuo. Una técnica utilizada por psicólogos y psicoterapeutas es observar la nariz mientras la persona que tienen delante les habla de una mala experiencia. Si, al revivirla, al individuo se le tuerce ligeramente la nariz, es una clara señal de que lo pasó mal. Si no, lo más probable es que el individuo esté fingiendo para engañar al profesional que le interroga. En este mismo sentido, hay que saber que una nariz torcida o gruesa indica un trauma emocional no superado. Una nariz torcida o gruesa, si la nariz es grande y recta, nos habla de una persona con problemas interiores. Una nariz torcida o gruesa, si nariz es mediana y recta, delata problemas de relación con los demás.

Las arrugas también hablan de la personalidad del individuo. Unas arrugas horizontales en la frente indican atención, las verticales (fruncir el ceño) muestran el esfuerzo intelectual. Las arrugas entre las cejas hablan de lucha. Las arrugas junto a la parte alta de la nariz denotan tristeza, en la parte media, sonrisa, y en la parte baja, resignación. Las arrugas junto a la boca y hacia abajo indican amargura, y, si están hacia arriba, optimismo. Si las arrugas son profundas y marcadas delatan que la persona ha asimilado mal las experiencias vividas.

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